Comenzamos con Gonzalo Rojas, Past President de la Cámara Chileno Suiza de Comercio (2013-2020), quien lideró con dedicación, excelencia y visión estratégica durante casi una década. Gonzalo nos visita en nuestras oficinas con una sonrisa franca y una extraordinaria disposición para compartir sus experiencias. Su buen temple, sabiduría y entusiasmo nos invitan a conocer en profundidad los momentos claves de su gestión y el significativo legado que dejó en la institución.

¿En sus siete años presidiendo la Cámara, cuáles fueron los momentos más relevantes de su gestión?

Considero que uno de los mayores desafíos fue darle continuidad a la Cámara año tras año, garantizando su operatividad, la realización de nuestras actividades habituales -ferias, Stammtisch, seminarios-, y la vinculación con actores claves como la Embajada, Swiss GE y gremios locales. En este tipo de instituciones, se generan cambios frecuentes sea en gerencia o en el directorio por la rotación natural de los “ex-pats.” Para evitarlo, me propuse como objetivo mantener intacto su ADN, y sobre todo, comunicarlo.

Nuestra gestión como directorio, siempre realizando un trabajo en equipo junto a la gerenta general, logró fortalecer el gobierno corporativo mediante una reforma a los estatutos. Su propósito enfocarse a expandir la Cámara. Aumentamos el número de directores a nueve; incorporamos oficialmente al Embajador, y mejoramos el aporte de los socios, especialmente aquellos de grandes empresas, lo que permitió estabilizar las finanzas y concretar nuevos proyectos. 

Durante su período hubo desafíos globales significativos. ¿Cómo reaccionó la comunidad suiza en Chile frente a estas crisis?

Sin duda, el levantamiento social y la pandemia fueron momentos muy difíciles, con impactos profundos. El Covid-19 dejó decenas de miles de fallecidos, algo que no debemos olvidar.  Las empresas enfrentaron una incertidumbre total: en los negocios, en la salud de sus trabajadores, en su operativa diaria. Desde la Cámara quisimos aportar generando espacios de diálogo y apoyo entre las empresas. Organizamos foros donde se compartieron ideas, procedimientos y aprendizajes para enfrentar estas contingencias. Creo que nuestra contribución fue útil y bien recibida.

Siempre promovió una visión sustentable y humana. ¿Cómo evalúas hoy ese camino?

La cultura empresarial suiza se basa en el compromiso a largo plazo, buscando rentabilidad con respeto por los países donde se instalan. Hay una preocupación genuina por las personas, la sociedad y los ecosistemas. La sustentabilidad no es una moda en Suiza; es parte del ADN empresarial desde hace años. En ese sentido, fue natural promover esos valores dentro de la Cámara.

¿Qué simboliza para usted el sello suizo en las empresas?

El sello suizo, la “Swissness”, está profundamente ligado a la seriedad, responsabilidad y calidad. Sumados al respeto, la palabra cumplida y la apertura al diálogo. Son valores que vi reflejados constantemente en las empresas socias durante mi gestión, y que hoy siguen siendo una guía para las nuevas generaciones.

¿Cuál cree que ha sido el mayor aporte de la Cámara en estos 70 años al ecosistema empresarial chileno?

 La Cámara ha sido una plataforma de aterrizaje para empresas suizas que se instalan en Chile. Les entrega vínculos con el entorno local -cultural, legal, institucional- y una red de apoyo entre pares. También facilita el diálogo con el Estado, con otros gremios y con actores relevantes del ecosistema empresarial chileno. Esa conexión binacional es, sin duda, un gran aporte.

Empresas fundadoras como ABB, Nestlé o Novartis permanecen activas. ¿Qué dice esto sobre el compromiso suizo con Chile?

Ese compromiso hoy está más vivo que nunca. Empresas como SGS, Roche, Schindler, y muchas más, llevan décadas en Chile aportando con tecnología, conocimiento y buenas prácticas. Otras más pequeñas, como Aqua4D, EBP o Geobrugg, están en pleno proceso de crecimiento y traen propuestas sorprendentes, que invito a conocerlas en la web.

Suiza lidera en innovación mundial. ¿Qué lecciones dejó esto en términos de colaboración tecnológica y empresarial?

La innovación suiza ha ayudado a mejorar procesos productivos en Chile, aumentando la eficiencia y calidad. Este conocimiento ha sido un gran aporte, y puede seguir siéndolo, no solo para las empresas, sino también para los consumidores finales.

¿Cómo ve la evolución reciente de la Cámara?

Actualmente sigo participando, aunque menos activamente. Me alegra ver a una Cámara muy dinámica, con más actividades, más presencia en ferias, y una alta participación en los comités. Hoy las empresas quieren estar más involucradas, y eso habla de una comunidad comprometida. La presidenta Susana Torres y el presidente Felipe Wilenmann han hecho un excelente trabajo, y el entusiasmo del directorio es evidente. Hasta se pelea por un cargo, ¡Eso antes no ocurría!

Finalmente, ¿Qué mensaje destacaría para los socios actuales y fundadores, en este significativo aniversario número 70?

A través de los años, todos hemos construido una asociación en un ambiente muy virtuoso; una Cámara binacional con más de 100 socios; muy activa. El éxito es compartido, porque contamos con el importante apoyo que nos ha brindado la Embajada Suiza, el Business Hub y también entidades como Swiss-GE y MPK, que tienen a Chile y a la Cámara, en una alta consideración, lo cual muestra que el esfuerzo mancomunado da frutos.

La Cámara constituye un puente entre Suiza y Chile. Los directivos estamos durante un período, aportando al crecimiento, y luego con las próximas generaciones vendrá el relevo porque la ruta ya está trazada y el desafío debe continuar.

Celebremos estos 70 años, muy contentos del camino recorrido, y convencidos de que cada día seguiremos fortaleciendo esta maravillosa comunidad.