Felipe Ernst: modernización con visión de futuro

Ex presidente de la Cámara Chileno Suiza de Comercio repasa su legado institucional y proyecta una institución más moderna, influyente e impulsada por la confianza y el sello suizo de calidad e innovación.

 
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En el marco de los 70 años de la Cámara Chileno Suiza de Comercio, continuamos revisitando momentos clave de su historia. En esta edición, conversamos con Felipe Ernst, presidente entre 2010 y 2012, quien impulsó una transformación institucional profunda: modernización, reforma estatutaria y ampliación de la base de socios. Hoy, desde una mirada estratégica y con fuerte compromiso con la sostenibilidad, reflexiona sobre su paso por la Cámara y los desafíos futuros.

¿Qué significó para usted liderar la Cámara Chileno Suiza de Comercio?

Fue una experiencia profundamente enriquecedora. Implicó alinear intereses diversos bajo una visión común, fortaleciendo la Cámara como puente real entre dos economías que comparten valores de precisión, sostenibilidad y colaboración. Destaco especialmente la oportunidad de trabajar codo a codo con socios de todos los tamaños, desde PYMEs hasta grandes corporaciones.

¿Cuáles fueron los principales hitos de su gestión? 

Diría que dos grandes transformaciones marcaron ese periodo: la expansión de la base social y la reforma de estatutos. Aumentar el número de socios demostró que ofrecíamos una propuesta de valor sólida, y la actualización legal nos permitió adaptar la Cámara a los nuevos tiempos con más flexibilidad y agilidad.

¿Qué aprendizajes se lleva de ese periodo? 

Comprendí el poder de unir visiones distintas hacia un propósito común. En lo profesional, modernizar la institución fue un acto de liderazgo con visión: dejar un legado preparado para el futuro.

¿Cómo ha evolucionado la relación entre Suiza y Chile? 

Se ha fortalecido hacia una alianza moderna y estratégica. Suiza no solo es un inversor relevante, sino que apuesta por sectores de alto valor como la innovación, las energías limpias y la minería avanzada. La firma del nuevo Acuerdo de Protección de Inversiones en 2025 y la actualización del TLC con EFTA refuerzan esa visión.

¿Qué distingue al sello suizo en la gestión empresarial?

 Más que un estándar de calidad, es una filosofía. Destaca por su precisión, confiabilidad, visión de largo plazo e innovación. En Chile, se traduce en relaciones duraderas y una cultura de mejora continua, clave del éxito binacional.

¿Qué oportunidades ve para seguir fortaleciendo los lazos entre ambos países? 

Hay tres claves: fomentar la educación dual y formación técnica; impulsar colaboraciones en I+D y sostenibilidad; y promover inversión suiza en startups chilenas, especialmente en tecnología verde.

¿Chile puede aprender del modelo suizo de innovación? 

Sin duda. Es clave vincular academia e industria, fortalecer la formación dual y asegurar estabilidad institucional. Más que copiar, se trata de adaptar un modelo que prioriza calidad, estrategia y colaboración.

¿Qué rol tiene la sostenibilidad en la estrategia de empresas suizas en Chile?

Es un eje central. Se refleja en la gestión de riesgos, la reducción de huellas hídrica y de carbono, y el compromiso con buenas prácticas ESG. Iniciativas como los Swiss Sustainability Awards y la Swiss Innovation Week lo evidencian.

¿Qué mensaje deja a los nuevos líderes de la Cámara? 

Cultiven la confianza como base de toda relación y adopten el sello suizo de calidad, ética e innovación. El liderazgo con propósito es el que construye futuro.

¿Cómo imagina el futuro de la Cámara? 

Como un hub binacional moderno, estratégico y visionario. Un actor clave en talento especializado, un referente en sostenibilidad e innovación, y una voz influyente en la agenda económica bilateral.

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