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«Los productos y servicios suizos están incorporados en la vida cotidiana de los chilenos»

La entidad gremial representa una instancia importante y un puente para el desarrollo económico y comercial entre empresas e inversionistas de ambos países.

«Las relaciones comerciales bilaterales están en muy buen pie y se han mantenido en constante desarrollo desde hace ya varios años. Más allá del habitual intercambio comercial de bienes y servicios -donde la balanza comercial es netamente favorable a Chile- destacaría que cada vez se suman más empresas suizas al mercado chileno para proveer soluciones, productos y servicios de alto nivel tecnológico, en los más variados ámbitos. Suiza es un país pequeño, con solo 8 millones de habitantes, donde la tecnología, la capacidad de investigación y los procesos de innovación son claves y muy desarrollados». Así define Gonzalo Rojas Mañalich, presidente de la Cámara Chileno-Suiza de Comercio, el actual nivel de relaciones comerciales que exhiben ambos países.

Agrega que Suiza es una muy buena plaza para instalarse estratégicamente en medio de Europa: hay un bajo nivel de impuestos, comparativamente hablando, mano de obra muy calificada y muy buenas condiciones de vida para los expatriados. Sostiene que si se mira a futuro, la opción del país europeo para los inversionistas chilenos resulta atractiva. «Suiza se presenta como una muy buena alternativa para las empresas chilenas que buscan expandirse con sus proyectos internacionales».

-¿Cuál es su visión del nivel de inversiones que Suiza realiza en Chile?

«La mayor parte de las inversiones son realizadas de manera periódica por las compañías suizas más tradicionales presentes en Chile desde hace décadas, conforme van ganando participación en los mercados y necesitando mayor capacidad de producción. Nuevas plantas y más empleos de calidad -30.000 empleos directos a la fecha- son un reflejo de estas inversiones. Sin darnos cuenta, los productos y servicios suizos están incorporados en la vida cotidiana de todos los chilenos como, por ejemplo: alimentos Nestlé, medicamentos de laboratorios Novartis y Roche y también en los edificios inteligentes están los ascensores Schindler. La lista es larga e incorpora sobre todo a empresas dedicadas a dar soluciones y productos para la industria, la construcción y la minería, en muy variados ámbitos: automatización, energía y eficiencia energética, instrumentos de precisión, transporte, control de calidad, seguros y servicios financieros, entre otros.

En los últimos 15 años han ingresado a Chile diversas compañías suizas de origen familiar de tamaño medio, que destacan por haber desarrollado una tecnología única que les permite ofrecer un valor muy especial. Estas empresas, con la globalización, han experimentado un fuerte crecimiento y se han expandido en el mundo, y Latinoamérica no podía ser la excepción. En este contexto, Chile es considerado una plaza estratégica para aterrizar en el continente, hacer sus pruebas y luego expandirse hacia países vecinos. Esto no es producto del azar, se debe por un lado a una cierta cercanía en las culturas de negocios, y principalmente a la estabilidad política que Chile ofrece, con instituciones financieras autónomas y sólidas, un país y un Estado serio, y con buenas perspectivas económicas de largo plazo».

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-¿De qué manera podrían verse afectadas las relaciones comerciales bilaterales por la guerra comercial que existe entre China y Estados Unidos?

«Por el momento, no vemos impactos en la relación comercial bilateral, y tampoco han tocado a las empresas de la Cámara. Sin embargo, hay que observar la situación con mucha atención. En ese sentido, es importante que países como Chile y Suiza estén comprometidos con la defensa del libre comercio».

-¿Es una herramienta adecuada el TLC entre Chile y el EFTA o puede mejorarse para ampliar el nivel de intercambios?

«El Tratado de Libre Comercio entre Chile y Suiza y la asociación de Chile con el Acuerdo Europeo de Libre Comercio (EFTA) han sido buenos instrumentos que han mejorado sustancialmente los flujos bilaterales. Creo, sin embargo, que requieren aún modernización y una ampliación en lo que a servicios se refiere».

-¿Qué novedades presenta la Cámara y en qué proyectos están trabajando?

«La Cámara ha experimentado un fuerte crecimiento durante los últimos años; hoy contamos con más de 110 socios, principalmente grandes empresas y pymes binacionales. A miles de kilómetros de distancia, las empresas suizas necesitan un pie a tierra en Chile y la Cámara les provee información, redes y apoyo. Se trata de empresas que llegan a Chile para quedarse, con proyectos de largo plazo, esa es la cultura de negocios suiza, sin expectativas de retornos rápidos y fáciles. Asimismo, proveemos información a empresas y empresarios chilenos que desean realizar negocios con Suiza.

También, y junto con la embajada de Suiza en Chile, hemos promovido intercambios en diversos ámbitos donde Suiza aporta toda su experiencia como, por ejemplo: relaciones de las empresas con las comunidades, sistema educativo y educación dual, y construcción de grandes obras.

En cuanto a proyectos, tenemos dos comisiones de trabajo: una en recursos humanos, donde las empresas socias abordan e intercambian experiencias y prácticas en temas muy actuales tales como: las negociaciones sindicales a la luz de la nueva reforma laboral, la inclusión, y la educación dual. Es interesante considerar que Suiza goza de una paz social y eso ha sido el resultado de largos procesos históricos; Chile tiene aún mucho camino por recorrer y algo se puede aprender de la nación helvética.

También tenemos una comisión que aborda temas de innovación, donde Suiza tiene mucha experiencia. Se trata ahí de compartir ideas y procesos de innovación. Por eso, nos hemos incorporado al CIUC de la Universidad Católica, para dar una forma más concreta a esta iniciativa».

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